15.5.13

El principio del fin del 'acostumbramiento'

La rebelión de las masas (auto)etiquetada como 15-M comenzó a tomar forma cuando los avaros apóstoles del capitalismo arrancaron a predicar la desaparición del estado del bienestar y los inquisidores civiles hicieron suyo el retrógrado evangelio austericida, aunando esfuerzos para aniquilar los derechos adquiridos por la ciudadanía durante décadas, o sea, cuando la indignación posmoderna resucitó el frustrado lamento de nuestro particular príncipe destronado, Segismundo: "Pues aunque el dar la acción es / más noble y más singular, / es mayor bajeza el dar / para quitarlo después". La insaciable voracidad de los (putos) amos del cotarro arrebató al pueblo lo que era suyo y, con ese incorregible gesto, despertó al "compuesto de hombre y fiera" que, desde que Calderón alumbrara La vida es sueño, sabemos que somos. El maltrecho gentío tomó entonces las calles —que eran lo único que le iba quedando— y, entre hiperbólicas descalificaciones ("Hatajo de mastuerzos" llamó Fernando Savater a los indignados correligionarios de su hijo Amador) y ditirambos a tutiplén, consiguió asentar los cimientos de un renovado sistema cuyo andamiaje aún está por definir dos años más tarde. Como advirtió Baudrillard, ya no hay ideologías, sino solo simulacros, y consecuentemente los sondeos retratan un país que no deja lugar a la duda: más de la mitad del electorado se resiste a seguir bailando el agua a los partidos tradicionales y, menos aún, a sus pervertidos cabecillas. Existe una evidente resistencia a lo que Juan Gelman ha definido como "acostumbramiento" y ya va siendo hora de transformar ese cabreo ciudadano "en todas direcciones" (por decirlo en términos lucasianos), compuesto de angustia, asco y desengaño, en algo sólido que meternos para el cuerpo. Porque sabemos por William Blake que debemos crear un sistema o ser esclavos del de otro hombre; y no veo yo demasiada vocación esclava a mi alrededor.

2 comentarios:

  1. Magnífico artículo, Manuel, que comparto y celebro.

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    1. Avecino avcrn@hotmail.com16 de mayo de 2013, 11:20

      Felicidades por el análisis, ya que comparto como esencial la resistencia a seguir bailándole el agua a los gobiernos que, ignorantes en economía, buscan asesores, que ignorantes en gestión de servicios públicos, buscan asesores, que ignorantes en comportamiento político de grupos y ciudadanos, buscan asesores. Considero que el gran error de los gobiernos ignorantes que se han sucedido recientemente en España ha sido creer que economistas neoliberales, que banqueros corruptos e imputados y alguno necesitado de un indulto indigno.. podían ser sus asesores; creer que las corporaciones privadas, las mutuas, las aseguradoras, los médicos privados... sanguijuelas del sistema general y público de Salud, hasta la indecencia, podían ser sus asesores; creer que el pueblo es una masa informe incapaz de organizarse, pero manipulable, en definitiva, con un buen aparato demoscópico que pueda convertirse en su asesor.
      Está bien claro que los gobiernos ignorantes son los que han perdido su credibilidad, los partidos integrantes de esos gobiernos han dejado de merecer el apoyo incluso del voto cautivo y es hora de escuchar al ama de casa que recibe el escrache telefónico del Banco que custodia su hipoteca; es hora de escuchar al joven ingeniero en paro que defiende su derecho a un trabajo digno y a su derecho a desarrollar una actividad de excelencia técnica para la que se ha preparado, mientras le ofrecen trabajar en prácticas, sin cobrar; es hora de escuchar la voz de la pensionista encadenada para denunciar que quien más tiene pretende dejar en la calle a sus nietos, indefensas criaturas demasiado acostumbradas ya a cambios de domicilio indecentes; es hora de escuchar al joven periodista con ideales al que ofrecen, si es el caso, contrato de becario “pa los restos” porque los pobrecitos dueños de los medios de comunicación pueden ver resentida su cuenta de resultados por obra y gracia del incremento de coste que supone una nómina más.

      Avecino
      Sabemos un poco de Derecho y otro poco de Ciencia Política

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